miércoles, 16 de febrero de 2011

El Espíritu De La Navidad

Con el transcurrir de los años he notado que muchas cosas se han repetido cíclicamente en mi vida: el paso de las estaciones; algunos errores; encontrarme con ciertas personas; incluso los días, con sus soles, nubes y atardeceres.

Sé que comentar esto es una obviedad pero lo digo porque durante las navidades ocurrieron dos cosas curiosas: estuve con una amiga que tiene tres hijos y me decía que a ella le gustaban las fiestas, que se emocionaba con ellas y otra amiga organizó un taller llamado “Espíritu de la Navidad”.

Picada en mi curiosidad miré la explicación del taller y vi lo siguiente “Desde el centro de nuestro Sistema Solar… conéctate con esa maravillosa energía.”

Sentada enfrente del ordenador me tronché de risa sorprendida de la ocurrencia.

Muchas veces me río, pero cuando me sale la carcajada me siento tan bien, que me vuelvo más consciente de mí misma. Y fue precisamente eso lo que ocurrió.

No recuerdo si fue un drama concreto o sencillamente el devenir del tiempo, pero me di cuenta de que las fiestas dejaban en mí una sensación sorda y vacía, como si la Navidad debiese aportarme algún tipo de alegría que nunca llegaba.

Conozco el camino porque lo he usado para sanar otros espacios de mi vida. Así, igual que una vez descubrí que había flores y que eran hermosas, usaré la creatividad para conectarme con mis ojos inocentes y curiosos; con mi andar ligero y tranquilo y con mi risa alegre que explota en lo absurdo y hunde sus raíces en la realidad.

Con esta promesa recojo hoy mi corazón: encontrar el Espíritu de la Navidad. Me quedan unos meses para practicar, ¿no es genial?

Las Palmas, 16 de febrero de 2011