sábado, 19 de septiembre de 2009

El Día de la Buena Nueva

Hace unos años el presidente de Chile, Salvador Allende, fue asesinado en el Palacio de la Moneda. Un bombardeo acabó con su vida, lo que motivó que también años después un grupo de poetas bombardearan ese edificio con poemas de amor.

Tal vez inspirado por esto, a un chico se le ocurrió llenar su ciudad con mensajes positivos. El chico debió de pensar que era una buena idea porque lo compartió en Internet y me uní a su propuesta.

Me costó sentarme a escribir los mensajes positivos que dejaría por mi estrenada ciudad, quizás por eso apuré al máximo el calendario y al final, rozando la medianoche, me colgué la mochila al hombro con cientos de mensajes y cinta adhesiva.

Así que ahora, inspirada por la iniciativa de ese chico embellezco el blog y os dejo las frases con las que empapelamos nuestro barrio (tuve dos cómplices en esta aventura):

Mira a tu alrededor, todo esto te pertenece. Gracias por compartirlo.

Nadie puede decirte cómo es tu vida, ¿no es maravilloso?

Cuando las palabras desaparecen, todo se hace infinito y los corazones descubren, que su latido es el mismo.

El amor es aceptación, te amo.

La sabiduría comienza cuando digo “no sé”.

La belleza que reconocemos refleja universos interiores.

Cuando me siento agradecida, me conmuevo y mundo viene para acompañarme.

Cada paso que das es un aplauso que la vida pronuncia agradecida de que existas.

Te hablo y no me entiendes,

te miro y es suficiente (con ésta me ayudó Dafne).

19/09/09 Las Palmas

domingo, 13 de septiembre de 2009

Bocados de Realidad*

Muchas veces me veo representando un personaje, una máscara que en ocasiones me absorbe y domina. Cuando me doy cuenta, me rebelo y reniego, pero está ahí, latente.
He tardado años en crear este personaje que presento ante los demás y en el que me he ocultado. Basándome en una serie de conclusiones equivocadas sobre mí misma, he ido tejiendo, detalle a detalle, una personalidad que no es la mía.
Esa ficción, como precio por sus servicios, me exige vivir en la ansiedad constante de agradar a los demás y de alguna forma, conseguir ser amada.
Mis primeros pasos son vacilantes: me observo y me descubro intentando captar la atención de quienes en ese momento me rodean; aprendo a esperar en silencio y a abrirme al otro escuchándole tratando de no crear una opinión sobre lo que está diciendo.
Ha sido un bálsamo para mí descubrir en el silencio una forma de estar en el mundo. Lo cierto es que aún me escondo detrás de las palabras, pero siento que poco a poco voy descubriendo quién soy y lo que ahora son sólo bocados de realidad, se amplía y me doy la oportunidad de ser.
Las Palmas 13/09/09

*Título extraído de la película Reality Bites, 1994

martes, 1 de septiembre de 2009

En La Pared

Yo he visto “El Club de los Poetas Muertos” con una mezcla de asombro y deseo: “Carpe diem, aprovecha el momento” intuía que en esa frase estaba el secreto para una buena vida. Sin embargo, hasta hace poco mi existencia ha sido un continuo huir del momento presente ya fuera porque no estaba cómoda con quién era o lo que estaba haciendo, una y otra vez volvía al pasado y su seguridad o al futuro y sus promesas.
Era el día de la inauguración de su casa y le había prometido pasarme a saludar, sólo eso. Con la mudanza y la casa llena de cajas, todo estaba improvisado, incluso la pared que nos había dejado para que escribiéramos un pensamiento, un poema o un dibujo, ella sólo quería algo hermoso que bautizara el comienzo de su nueva vida.
Fui la primera en escribir una frase llena de poesía y amor, un pensamiento para tod@s aquellos que miraran la pared y se estuvieran buscando. La verdad es que estaba muy satisfecha conmigo misma por esa reflexión profunda y sencilla a la vez, un regalo único.
La sorpresa llegó mientras lo estaba escribiendo: la pintura había sido repartida desigualmente y el rotulador saltaba y se movía con dificultad. Así que me vi repasando las letras y sorteando hostiles montículos y tuve que mantener la atención constante en lo que estaba haciendo. Oía de fondo las voces de los amigos, sin poder concretar el tema de la conversación y en la punta del rotulador, concentraba todo mi esfuerzo.
Aún me cuesta describirlo. Sentí una sensación de realidad que hasta ese momento nunca había experimentado, un regocijo desconocido resumido en un instante. Estaba allí, en la pared y mi vida era maravillosa.
Las Palmas, 1 de septiembre 2009