jueves, 2 de julio de 2015

Cuestión De Confianza

Quién no ha dejado su casa a un amig@ para que la disfrute, para que se dé un homenaje de soledad y tal vez, compartir esa intimidad con alguien. Este tipo de acuerdos se suelen cerrar con la entrega de las llaves y una sonrisa a medias llena de complicidad.
Pues no era eso. Quiero decir que en aquella ocasión un mensajero iba a presentarse en casa con un gato bebé  mareado por el viaje y como no iba a estar para recibir tan curioso envío, un amigo se hizo cargo y esperó durante la mañana a que llegara.
Al salir del curso sentía la alegría cálida que noto en mi interior cuando algo bonito va a ocurrir. En casa me esperaba el amigo, un gatito bengalí precioso y comida china a domicilio, en resumen, un buen plan.
Cuando llegué, dos besos rápidos al amigo y el resto de mi atención al invitado gatoso... supongo que no debí preguntar, que  no debí formular una de esas frases triviales y cuya respuesta solo trae de vuelta palabras con poca sustancia:
- ¿Qué tal la mañana?
- Al principio bien, con Internet, la televisión, pero luego  me he dicho " qué maja es Ada, dejándome su casa, cuánto confía en mí..." y he pensado "¿y si llega a pasar algo?, ¿y si por una vela que me dejo encendida se quema el escritorio,  suben las llamas por toda la pared hasta el techo y alcanzan la biblioteca y la enredadera antes de que consiga apagarlas?, ¿qué pensarías de mí, eh, qué dirías?

Suelo decir muchas tonterías cuando hablo sin pensar pero hay veces en que precisamente es  eso  lo que salva la situación.

-Pues al ver el escritorio, las paredes y  la planta carbonizada.. -dije tratando de ponerme en situación- te diría joder, sí que te ha aprovechado la mañana.

Fue bonito ver cómo el amigo pasaba del pánico a la carcajada en un instante y los dos pudimos volver al apartamento, al gatosín bengalí y a la comida china sin lamentar grandes daños.

Las Palmas, 2 de julio 2015

1 comentario:

  1. Ada, me has hecho sonreír y recordar Las flores que preciosas y frescas se abrian con lo cotidiano. Besitos, Lola Colibrí.

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