miércoles, 19 de mayo de 2010

Te Veo

El sol corona el cielo y se cuela entre las hojas de los castaños. Los mosquitos juegan en el jardín y detrás del canto de los pájaros, relincha un caballo.
Recuerdo aquella vez en que me contaste que tu profesor os había enseñado a ver el amarillo en la vegetación. Aquí hay mucho amarillo, hojas recién nacidas que se encienden, como si la luz se generara en las raíces. Son los árboles perennes los que conservan la seriedad del verde antiguo, ése que siente indiferencia ante la llegada del otoño.
Ayer vi la llamada perdida en el teléfono y hoy encuentro tu mensaje en la bandeja de mi correo. También te echo de menos, ¿sabes qué? el otro día me vi entrando en tu tienda y te daba una sorpresa. Llevaba el pelo largo (ahora apenas acaricia mis orejas) y ropas ligeras (como de verano).
Estoy empezando a acostumbrarme a creer en esas cosas que veo: no es que antes las viera y no las hiciera caso, es que ahora veo y ajusto mi realidad a ellas.
La primera percepción clara que recuerdo fue contigo: hacía tiempo que nos conocíamos del coro y yo buscaba tu compañía aun a sabiendas de que de alguna forma, te desconcertaba. Estos encuentros que teníamos eran concretos y musicales, ratos en los que hablábamos y que se circunscribían a los ensayos.
Aquel ensayo en la capilla románica se parecía a cualquier otro. El director tocaba el clavinova y los demás, formando un semicírculo cantábamos por cuerdas. Cuando cantasteis los tenores (un poderoso barítono cantando de tenor...), oí una voz en mi interior "seremos siempre amigos" y sentí una gran paz (una paz desconocida para mí en aquella época y que voy recuperando poco a poco).
Acostumbrada a morir de vez en cuando, no sé cuánto dura la eternidad y tal vez por eso tampoco pueda explicar el término siempre, pero agradezco a la vida conocerte, sentirte (últimamente te sentía algo triste) y saber que nuestros caminos corren distintos y cercanos.
Milton erickson, en sus sesiones de hipnosis, cuando trataba de que el paciente ahondara en su mente, usaba unas palabras que me gustan mucho "…y mi voz te acompañará".
Mi voz te acompaña, dulce hombre que me recuerda lo fácil que es amar.
19 de mayo de 2010 Las Palmas

3 comentarios:

  1. No sabes cuanto me alegro de leer cosas bonitas, al fin! Y no tan tristes como antes.. Animo! Que tienes mucho talento.Bara

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  2. Si yo fuera editora, te haría escribir la historia completa, que arte bella amiga!! esto es sin duda algo que debes seguir haciendo por el bien del arte y de los que lo amamos.

    Mararía

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